El cuidado del medio

Parece existir una peligrosa desaprensión con respecto a los efectos negativos de la acción humana  sobre  el  entorno biológico y social. Al no darnos cuenta o no querer darnos cuenta de las consecuencias de nuestros hechos.
Así sucede con el contravertido código de edificación de la ciudad de Mendoza, Argentina, recientemente sancionado. Los riesgos y errores de semejante documento como el aprovechamiento espurio del mismo han sido debidamente acreditados por varios especialistas en el tema, por lo que no se repetirán en esta entrada.  Mi reflexión gira en torno a por qué nos negamos en ocasiones a ver el riesgo  que se nos avecina.
Podrá decirse que siglos de individualismo han conducido a la manera de pensar, que en suma se reduce a protestar cuando mi interés personal se ve afectado. Pero, en el caso del citado código parece haber otros elementos para la indiferencia vecinal.
¿Acaso la presencia de concejales opositores a la gestión municipal activa inconcientemente el rechazo a la forma decadente de la política llamada "partidocracia"?
¿No será que se piensa que esos funcionarios quieren  llevar agua para su molino y nos usan con ese propósito?
En algunos casos puede ser así, pero en otros se procede de distinta manera sino que los que estamos dispuestos a proceder sistémicamente en la solución de los problemas del municipio, aclaramos que nos interesa presentar bajo la forma de una democracia directa los esfuerzos vecinales para mejorar las condiciones ambientales y sociales en las cuales nos desenvolvemos en nuestra vida familiar, profesional y social.
Para alcanzar la "masa crítica", es necesario tiempo y paciencia, a veces las soluciones apresuradas terminan agudizando el problema. No olvidar que las emergencias que estamos viviendo, del agua, de la energía se  incrementarán con un desordenado sistema habitacional, pero lo que estamos comprobando  es  que esos efectos no son visibles ni palpables por lo que es díficil convencer a los demás.
Se han iniciado acciones legales las cuales han tenido disimil resultado y que, sin embargo, son útiles en  su conjunto. La otra manera de actuar es la presencia tanto física, como virtual. En relación a la primera los textos de las manifestaciones escritas deberían ser de corte enaltecedor de los  beneficios de un entorno debidamente  armonizado (solicitud de Ordenanza de Ordenamiento Territorial y uso del Suelo, del  municipio de Capital) y nunca atacar dado que ese camino victimiza y genera simpatías inconcientes en los que se pretende acercar.
Por otra parte, ¿álguien pensó en los obreros de la construcción que esperan que haya obras para tener el sustento para sus familias? A ese importante sector hay que demostrarle que no perderán su ocupación, que edificios siempre serán necesarios,  la diferencia estriba como armonizar con el medio ambiente y crear belleza y bienestar . Pero eso es responsabilidad de las empresas constructoras.